Cuando ves tus dificultades, mides tu fuerza interior y mandas a luchar contra ellas te das cuenta de que sí puedes vencer…
Cuando todo y nada parece tener sentido para ti; simplificas tu vida y decides darle sentido rodeándote de personas triunfadoras, te das cuenta del mejoramiento interno que experimentarás, y éste a su vez se exterioriza; tómalo en cuenta.
Piensa más en dar y menos en recibir y te darás cuenta de que la verdadera felicidad es ver que pudiste ayudar a alguien que lo necesitaba.
Ayuda y te ayudarás…
¡¡¡Sensibilízate!!!
No hay nada más sensibilizante que una sonrisa de agradecimiento que viene del alma….
Acostumbro a comprar postres para disfrutar después de una larga jornada de labores los fines de semana. Cierto sábado me bajé del autobús, y me dirigía a casa; pues bien, tengo que pasar por un parque que queda a tres cuadras de ella; caminaba con mi acostumbrado postre en la mano (que hasta se me hacía agua la boca de sólo imaginarme su dulce sabor), mientras que al otro lado de la calle observé a un pequeño como de 5 años que caminaba tras una señora muy elegante, no era su hijo por supuesto, ofreciéndole una bolsa de dulces, la cual lo rechazó con un rotundo NO.
El niño apenas calzaba unas humildes sandalias; una sensación extraña en mi corazón me dijo que le diera el postre que llevaba; pues me fui detrás del niño, toqué su espalda y se lo di. El niño me miró con los ojitos llenos de ternura y me sonrió con un “¡gracias!”. A mi percepción su agradecimiento venia de su alma pues cuando caí en cuenta, un nudo se formó en mi garganta y cuando me di cuenta un par de lágrimas rodaron por mis mejillas.
El niño me dijo que le había pedido a Diosito algo de comer, porque no había desayunado…(era casi la una de la tarde).
Sólo me puse a pensar que la fuerza que me guió a volver a ver esa situación que acontecía y a observar esa escena de ese pequeño ser humano, desconocida por mí, que no puede ser otra que la del Amor divino de Dios.
Dios no nos abandona; si hay cosas que la capacidad humana no puede resolver, entonces Dios se encarga, si ÉL viste a las flores del campo, cómo no te vestirá a ti que eres mayor que las flores; si alimenta a los pajaritos, cuánto más a ti que eres su mayor creación; sólo hay que acordarnos que tenemos un Padre, y lo que le pidamos El nos lo dará.
Piensa más en dar y menos en recibir y te darás cuenta de que la verdadera felicidad, pero la verdadera, es ver que pudiste ayudar a alguien que lo necesitaba.
por Diana Marroquin
corporacionrevista@hotmail.com
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